MUERTE
Estar libre del miedo a la muerte no significa
que, en los buenos momentos, uno crea no
estremecerse ante ella y confíe en saber afrontar
la prueba. Quien domina la vida y la muerte está
libre de todo temor, a tal punto que no es
capaz de experimentar la sensación de miedo.
Quien no conozca por experiencia propia el poder
de la meditación seria y prolongada, no puede
imaginarse que victorias sobre nosotros mismos
nos permite lograr. Sea como fuere, el maestro
consumado revela, a cada paso, su arrojo, no con
sus palabras sino con su comportamiento; uno lo
percibe y se siente profundamente impresionado.
Por eso, la intrepidez imperturbable ya es, de
por sí, maestría que, como no puede ser de
otro modo, sólo pocos alcanzan realmente.
PAUL REPS.