DESAPEGO DEL YO
La misión del pensamiento debería consistir
simplemente en pensar, en no pensarse a sí
mismo. El pensamiento, como mira y acumula
todo lo que ante él se presenta, ha llegado a
considerarse como un ser independiente. Es decir,
el instrumento se ha adjudicado indebidamente
los derechos del propietario. Tal es el origen del
yo, resultando de esto una especie de corriente
secundaria o parásita que crea una posición
de desequilibrio fundamental sin salida.
ROBERT LINSSEN.